sábado, 26 de noviembre de 2022

Primer domingo de Adviento – Mateo 24, 37-44 – Ciclo A

  Primer domingo de Adviento – Ciclo A  27 de noviembre de 2022


Hoy comenzamos un nuevo ciclo litúrgico -Ciclo A- el cual nos llevará a ir conociendo la vida de Jesús, desde el evangelio de Mateo.


Evangelio según san Mateo 24, 37-44

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Así como sucedió en tiempos de Noé, así también sucederá cuando venga el Hijo del hombre. Antes del diluvio, la gente comía, bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca. Y cuando menos lo esperaban, sobrevino el diluvio y se llevó a todos. Lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre. Entonces, de dos hombres que estén en el campo, uno será llevado y el otro será dejado; de dos mujeres que estén juntas moliendo trigo, una será tomada y la otra dejada.

Velen, pues, y estén preparados, porque no saben qué día va a venir su Señor. Tengan por cierto que si un padre de familia supiera a qué hora va a venir el ladrón, estaría vigilando y no dejaría que se le metiera por un boquete en su casa. También ustedes estén preparados, porque a la hora que menos lo piensen, vendrá el Hijo del hombre”.

 

Reflexión:

¿Cuándo y a qué viene Jesús?

La Iglesia ha dividido las lecturas bíblicas en tres ciclos: A, B, y C. Esto es para que una persona que participa atentamente en la misa dominical durante tres años habrá escuchado prácticamente toda la Sagrada Escritura -que es la historia de salvación- y la cual puede ser mi propia historia.

Cada ciclo se compone de tres tiempos, o momentos especiales: (1) Adviento y Navidad, (2) Cuaresma y Pascua y el (3) Tiempo Ordinario (dividido en dos partes, que siguen a los primeros tiempos mencionados).

Adviento: viene del latín “adventus”, que significa venida. El adviento es un tiempo de alegría y agradecimiento, es la invitación de la Iglesia a saborear el misterio de Jesucristo en el tiempo y en la historia. Como rezamos en los prefacios de Adviento, el Señor vino una vez en la historia, "revestido de nuestra fragilidad para realizar su eterno designio de amor y abrirnos el camino de la salvación".

Durante estas cuatro semanas del Adviento, “estamos llamados a despojarnos de una forma de vida resignada y rutinaria y a salir alimentando esperanzas, alimentando sueños para un futuro nuevo” (Papa Francisco, Angelus, 2 diciembre 2018)

Así, nos prepararnos durante nuestra vida terrenal, para tener una vida digna y justa, que valga la pena vivir “…porque a la hora que menos lo piensen, vendrá el Hijo del hombre”…

¿En qué gasto mi vida?... ¿Cuáles son los frutos que habrán de cosechar de mi forma de vida?... ¿Al final de mi vida terrena, diría que valió la pena vivirla como hasta ahora?

§ Próximo miércoles, tendremos el 3º. Conversatorio por la PAZ (https://bit.ly/ConvesatorioXpaz)

§ Todavía puedes participar en el Retiro de Adviento y Navidad que ofrecemos: https://bit.ly/AdvientoVenida

 

#BuenDomingo.

 

Alfredo Aguilar Pelayo

alfredo@ccrrsj.org

#RecursosParaVivirMejor

www.ccrrsj.org



Publicado en El Heraldo de San Luis Potosí. 

sábado, 19 de noviembre de 2022

Jesucristo, Rey del universo – Ciclo C (Lucas 23,35-43)

 Jesucristo, Rey del universo – Ciclo C (Lucas 23,35-43) – 20 de noviembre de 2022


Este domingo, con la celebración de Jesucristo, Rey del universo, cerramos el ciclo litúrgico – C – con el cual hemos repasado la vida de Jesús, desde la mirada del evangelista Lucas.

Evangelio según san Lucas 23, 35-43

Cuando Jesús estaba ya crucificado, las autoridades le hacían muecas, diciendo: "A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el elegido".

También los soldados se burlaban de Jesús, y acercándose a él, le ofrecían vinagre y le decían: "Si tú eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo". Había, en efecto, sobre la cruz, un letrero en griego, latín y hebreo, que decía: "Éste es el rey de los judíos".

Uno de los malhechores crucificados insultaba a Jesús, diciéndole: "Si tú eres el Mesías, sálvate a ti mismo y a nosotros". Pero el otro le reclamaba, indignado: "¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio? Nosotros justamente recibimos el pago de lo que hicimos. Pero éste ningún mal ha hecho". Y le decía a Jesús: "Señor, cuando llegues a tu Reino, acuérdate de mí". Jesús le respondió: "Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso".

 

Reflexión:

¿Jesús es Rey, de qué?

INRI es la sigla de la frase latina Iesus Nazarenus Rex Iudæorvm, la cual se traduce al español como: «Jesús de Nazaret, rey de los judíos», la cual pusieron sus victimarios en la cruz, para burlarse de él. Lo mataron como consecuencia de la Buena Noticia (Evangelio) que predicó durante tres años: un mundo fraterno, justo y misericordioso, como el deseo de su Padre, para todos nosotros, sus hijos.

Hoy podríamos ser cualquiera de nosotros, uno de los incrédulos sobre si realmente Jesús es el Mesías, el Salvador, el Redentor, el Liberador o Rey, pero ¡solo sería si no lo conozco!

Por el contrario, conocer y vivir las enseñanzas de Jesús sobre su Padre, es lo que nos salva, nos transforma en su “imagen y semejanza”, lo que nos hace ser testigos del “reino de su amado Hijo (Col1, 13)

Así terminamos este ciclo litúrgico, reconociendo a Jesús, como REY, “no es de este mundo” (Jn 18,36), sino REY de amor, concordia, entrega, servicio, misericordia, justicia, esperanza y paz… de bien.

¡Viva Cristo Rey!

 

¿Acepto en mi corazón a Jesús como mi rey y soberano?... ¿Qué puedo hacer para compartir que su reinado es para bien de todos?... ¿Cómo podría conocer mejor a Jesús y su Buena Nueva?

 

#BuenDomingo.

§ Hoy es la Jornada de Oración Mensual, convocada por Jesuitas de México, CEM y CIRM para #OrarPorMéxico,  pidiendo a Dios erradicar la #impunidad y la #corrupción.

§ Próximo miércoles, tendremos el 2º. Conversatorio por la PAZ (registro: https://bit.ly/ConvesatorioXpaz)

 

Alfredo Aguilar Pelayo

alfredo@ccrrsj.org

#RecursosParaVivirMejor 

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Publicado en El Heraldo de San Luis Potosí. 

sábado, 12 de noviembre de 2022

Domingo XXXIII del Tiempo Ordinario – Ciclo C

Domingo XXXIII del Tiempo Ordinario – Ciclo C (Lucas 20, 27-38) – 13 de noviembre de 2022


En este XXXIII Domingo de Tiempo Ordinario, leemos en la liturgia palabras apocalípticas sobre el fin del mundo, actitudes de desidia y lo mejor, como alcanzar la vida plena, a pesar de lo inminente (tarde o temprano, llegará el fin)…

Evangelio según san Lucas 21, 5-19

En aquel tiempo, como algunos ponderaban la solidez de la construcción del templo y la belleza de las ofrendas votivas que lo adornaban, Jesús dijo: "Días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra de todo esto que están admirando; todo será destruido".

Entonces le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo va a ocurrir esto y cuál será la señal de que ya está a punto de suceder?" Él les respondió: "Cuídense de que nadie los engañe, porque muchos vendrán usurpando mi nombre y dirán: 'Yo soy el Mesías. El tiempo ha llegado'. Pero no les hagan caso. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones, que no los domine el pánico, porque eso tiene que acontecer, pero todavía no es el fin".

Luego les dijo: "Se levantará una nación contra otra y un reino contra otro. En diferentes lugares habrá grandes terremotos, epidemias y hambre, y aparecerán en el cielo señales prodigiosas y terribles.
Pero antes de todo esto los perseguirán a ustedes y los apresarán; los llevarán a los tribunales y a la cárcel, y los harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Con esto darán testimonio de mí.

Grábense bien que no tienen que preparar de antemano su defensa, porque yo les daré palabras sabias, a las que no podrá resistir ni contradecir ningún adversario de ustedes.

Los traicionarán hasta sus propios padres, hermanos, parientes y amigos. Matarán a algunos de ustedes y todos los odiarán por causa mía. Sin embargo, no caerá ningún cabello de la cabeza de ustedes. Si se mantienen firmes, conseguirán la vida".

 

Reflexión:

¿Cómo acaba todo esto?

Hay que poner atención a las lecturas, como si estuvieran siendo dirigidas a cada uno de nosotros, para reflexionar y sacar provecho: la primera lectura (Maquías 3, 19-20), en forma muy breve habla sobre el fin del mundo, y de un juicio; la segunda lectura (2 Tesalonicenses 3, 7-12) dirigida a quienes están desanimados; y el evangelio sobre quién poner nuestra su confianza.

El mensaje lo podemos aplicar a como estamos viviendo actualmente, para poder aceptar y enfrentar lo que la realidad me presenta, sobre todo ante las dificultades y malos momentos, pero … desde la mirada de Dios, quien nos ama y desea lo mejor para cada uno:

§  Confiando en el Señor, “brillará el sol de justicia, que les traerá la salvación en sus rayos" (Mal 3,20)

§  Siendo proactivos, haciendo lo que me toca, se pongan a trabajar en paz(2 Tes 3,12)

§  Estando atentos, "cuídense de que nadie los engañe” (Lc 21,8)


Ya en Jerusalén, Jesús próximo a enfrentar su muerte (final de su vida humana), nos sigue enseñando (por eso es Maestro de Vida), como ante cualquier situación, por adversa que sea, con lo que nos enseñado y siendo fieles a Él, podemos salir victoriosos: “Si se mantienen firmes, conseguirán la vida".


¿Qué dificultades, personales y sociales, estoy enfrentando en mi vida?... ¿Cómo tener la paz y sabiduría necesarias para enfrentar la adversidad, no solo, sino junto a los demás?... ¿Cuál es el horizonte que nos da esperanza y vida, a toda la comunidad?

 

#BuenDomingo.

Próximo miércoles, participa en los #Conversatorios por la Paz https://bit.ly/ConvesatorioXpaz

 

Alfredo Aguilar Pelayo

alfredo@ccrrsj.org

#RecursosParaVivirMejor

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Publicado en El Heraldo de San Luis Potosí. 



sábado, 5 de noviembre de 2022

Domingo XXXII del Tiempo Ordinario – Ciclo C

 Domingo XXXII del Tiempo Ordinario – Ciclo C (Lucas 20, 27-38) – 6 de noviembre de 2022


Entramos a la recta final de este ciclo litúrgico - Ciclo C - y en este XXXII Domingo de Tiempo Ordinario, se nos presenta un diálogo sobre nuestra vida, después de la muerte …

Evangelio según san Lucas 20, 27-38

 

Después algunos saduceos fueron a ver a Jesús. Los saduceos niegan que los muertos resuciten; por eso le presentaron este caso:

—Maestro, Moisés nos dejó escrito que si un hombre casado muere sin haber tenido hijos con su mujer, el hermano del difunto deberá tomar por esposa a la viuda para darle hijos al hermano que murió. Pues bien, había una vez siete hermanos, el primero de los cuales se casó, pero murió sin dejar hijos. El segundo y el tercero se casaron con ella, y lo mismo hicieron los demás, pero los siete murieron sin dejar hijos. Finalmente murió también la mujer. Pues bien, en la resurrección, ¿de cuál de ellos será esposa esta mujer, si los siete estuvieron casados con ella?

Jesús les contestó:

—En la vida presente, los hombres y las mujeres se casan; pero aquellos que Dios juzgue que merecen gozar de la vida venidera y resucitar, sean hombres o mujeres, ya no se casarán, porque ya no pueden morir. Pues serán como los ángeles, y serán hijos de Dios por haber resucitado. Hasta el mismo Moisés, en el pasaje de la zarza que ardía, nos hace saber que los muertos resucitan. Allí dice que el Señor es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. ¡Y él no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos están vivos!

 

Reflexión:

¿Qué me espera después de la muerte?

El texto del evangelio muestra el diálogo entre saduceos y Jesús, con dos posturas diferentes sobre el tema de lo que pasa después de la muerte:

§ Los saduceos eran personas de la alta sociedad, miembros de familias sacerdotales, cultos, ricos y aristócratas, no gozaban de la popularidad, pero tenían poder religioso y político, por lo que eran muy influyentes; tenían la creencia distintiva de la negación de la resurrección del cuerpo, la inmortalidad personal y la retribución en la vida futura.

§ Jesús, nos dice “vine para que tengan vida, y la tengan en abundancia” (Jn 10,10), implica tenerla, tanto en esta vida terrenal, como después de la muerte, al ser resucitados por Dios, a una vida plena.

Por un lado, como los saduceos, cada uno de nosotros, desde una postura cómoda y sin complicaciones, lo que quisiéramos es disfrutar y mantener los privilegios temporales, en forma egoísta, pensando solo en nuestro bienestar. Eso sería suficiente, lo que venga después, lo que le pase a los demás, no importa.

Por el otro lado, la Buena Nueva de Jesús es la vida, presente y futura. La vida terrenal que Él desea para nosotros, sus hijos, es una justa, fraterna, que valga la pena vivir. Hay que construirla, colaborando para que sea posible; habremos de aprender, escuchando su Palabra y poniéndola en práctica, ya desde ahora. Por la fe, en la resurrección de Jesús, creemos que la vida no acaba con la muerte. Acceder a la resurrección es promesa y tarea… Hacer hoy presente su Reinado (de amor, justicia y paz), con “toda clase de obras buenas y de buenas palabras” (Tes 2, 16–3, 5), me hace “merecer gozar de la vida venidera y resucitar” (v. 35).

Creer en Jesús y seguirlo, es comprometerme e implicarme, por la vida, con valor, como lo manifiestan los cuatro hermanos de la primera lectura de hoy (Macb 7, 1-2. 9-14), es transformar mi entorno, para el bien común, es desterrar las desigualdades, injusticias y abusos de este mundo. Es dar vida, desde ahora y procurarla para el mañana: ¡él no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos están vivos!


¿Qué es lo más importante en mi vida?... ¿Cómo ordenar mis prioridades, para buscar la vida eterna?... ¿Eso que quiero alcanzar, me une a los demás y a Dios?

 

#BuenDomingo.

Sigamos orando por #México y participa en los #Conversatorios por la Paz https://bit.ly/ConvesatorioXpaz

 

 

Alfredo Aguilar Pelayo

alfredo@ccrrsj.org

#RecursosParaVivirMejor

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