sábado, 7 de enero de 2023

Solemnidad de la Epifanía del Señor - Ciclo A -

 


Con la Solemnidad de la Epifanía del Señor cerramos el tiempo litúrgico de Navidad… La palabra epifanía significa manifestación, aparición o revelación, y viene del griego ( ἐπιφάνεια epipháneia ). Al leer el siguiente pasaje, imaginemos (aplicando nuestros sentidos) los detalles de cómo es que Emmanuel, Dios-con-nosotros, Jesús, se presenta ante el mundo, para poder conocerlo mejor... amarlo mejor… seguirlo mejor:

Evangelio según san Mateo 2, 2-12

Jesús nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de oriente llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo”.

Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: “En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel”.

Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo en que se les había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: “Vayan a averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño y, cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo”.

Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.

Reflexión:

¿Dónde y cómo encuentro a Dios?

El relato bíblico que acabamos de leer parecería un cuento, o una escena de película, que describe en breves líneas lo que habría pasado para que quién buscaba al Salvador, lo encuentre y le reconozca como el Rey y rinda honores; pero va más allá, de los personajes y las circunstancias del relato podemos aprender mucho para beneficio de nuestra vida, personal y comunitaria:

§  La estrella, luz que orienta, guía y da la ubicación del niño, de Jesús… ¡hay que seguirla!

§  Los Magos: personas que desde tierras no judías, se han dejado guiar, para salir en búsqueda del Salvador (Rey de los Judíos)… ¡hay que buscar!

§  Herodes: rey de Judea (permitido por Roma, para sus propios fines) trata de averiguar, quién es y dónde esta “el rey” que acaba de nacer … para deshacerse de quien “le puede quitar el poder” (cfr. Mt 2, 13-18) … ¡hay que evitar!

§  El Niño, con María y José, humildes, pacientes y atentos, para salvaguardar la misión encomendada por el Padre… ¡hay que proteger!

§  Los regalos, son muestras dignas de reyes, oro, incienso y mirra … ¡hay que ofrecer!

Así, puedo aprender: (1) dejarme guiar, por la Luz (la Palabra de Jesús, de profetas, de gente sabia, etc.); (2) prudencia y disponibilidad, de José y los Magos, quienes, a su manera, cuidan y protegen al Niño (y su proyecto salvador); (3) alabar y reverenciar al Niño (Jesús, al Padre), con los dones que he recibido, para ponerlos al servicio y colaboración de la Redención, para que su misión salvadora se haga realidad, en más personas (independientemente de su nacionalidad, condición social o creencia religiosa). Dios, en Jesús, se deja encontrar por todos.

¿Cómo puedo encontrar a Dios en todo y en todos?... ¿Por quién me dejo guiar al encuentro de Jesús? ... ¿Estoy atento a dificultades y engaños, que buscan evitar la salvación (de todos)?

 

Alfredo Aguilar Pelayo

alfredo@ccrrsj.org

#RecursosParaVivirMejor

www.ccrrsj.org

 

 Publicado en El Heraldo de San Luis Potosí. 

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