sábado, 17 de septiembre de 2022

XXV Domingo de Tiempo Ordinario -C-

Es domingo, las lecturas nos muestran, por una parte, el lado obscuro de las personas (hombres y mujeres), y por otra, nos interpelan para corregir y saber elegir lo que más nos conviene:

Evangelio según san Lucas 16, 1-13

Jesús dijo también a sus discípulos:

«Había un hombre rico que tenía un administrador, y le vinieron a decir que estaba malgastando sus bienes. Lo mandó llamar y le dijo: ‘¿Qué oigo decir de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no continuarás en ese cargo’.

El administrador se dijo: ‘¿Qué voy a hacer ahora que mi patrón me despide de mi empleo? Para trabajar la tierra no tengo fuerzas, y pedir limosna me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me quiten el cargo, tenga gente que me reciba en su casa’.

   Llamó uno por uno a los que tenían deudas con su patrón, y dijo al primero: ‘¿Cuánto debes a mi patrón?’ Le contestó: ‘Cien barriles de aceite’. Le dijo el administrador: ‘Toma tu recibo, siéntate y escribe en seguida cincuenta’. Después dijo a otro: ‘Y tú, ¿cuánto le debes?’ Contestó: ‘Cuatrocientos quintales de trigo’. Entonces le dijo: ‘Toma tu recibo y escribe trescientos.

   El patrón admiró la manera tan inteligente de actuar de ese administrador que lo estafaba. Pues es cierto que los ciudadanos de este mundo sacan más provecho de sus relaciones sociales que los hijos de la luz.

   Por eso les digo: Utilicen el sucio dinero para hacerse amigos, para que cuando les llegue a faltar, los reciban a ustedes en las viviendas eternas. El que ha sido digno de confianza en cosas sin importancia, será digno de confianza también en las importantes y el que no ha sido honrado en las cosas mínimas, tampoco será honrado en las cosas importantes. Por lo tanto, si ustedes no han sido dignos de confianza en manejar el sucio dinero, ¿quién les va a confiar los bienes verdaderos? Y si no se han mostrado dignos de confianza con cosas ajenas, ¿quién les confiará los bienes que son realmente nuestros?.     

   Ningún siervo puede servir a dos patrones, porque necesariamente odiará a uno y amará al otro o bien será fiel a uno y despreciará al otro. Ustedes no pueden servir al mismo tiempo a Dios y al dinero.»

 

Reflexión:

¿Cómo nos relacionamos con los demás, con nuestro proceder?

Las personas, sin excepción, tenemos malos momentos, adversidades que enfrentar, pero, cuando nos llevan ser “muy astutos” y aprovecharnos de los demás, engañando, robando, tranzando … a nuestro favor, como dice el profeta Amós 8, 4-7, hay que estar atentos, ya que nos mueve el egoísmo (disfrazado de sagacidad), y nos lleva a nuestra sombra, a nuestro lado obscuro.

Cuando nos preocuparnos solo por nosotros mismos, podemos justificarnos, utilizar a los demás, para alcanzar nuestro fin; creemos encontrar la seguridad en las posesiones que tenemos y ¡qué arrebatamos a otros!  

Jesús desea para nosotros, que nuestra felicidad y plenitud sea vivir en la dinámica del Reino: justicia y solidaridad para el bien común. Si hago del dinero mi meta y en el pongo mi seguridad, lo hago mi dios, y así me alejo de los demás, me alejo de Dios, de quien he recibido todos mis dones, nos recuerda San Pablo: “Pues, ¿quién te da privilegios sobre los demás? ¿Y qué tienes que Dios no te haya dado? Y si él te lo ha dado, ¿por qué presumes, como si lo hubieras conseguido por ti mismo?  (1 Cor 4,7)

Jesús nos recuerda … « …no pueden servir al mismo tiempo a Dios y al dinero.»

 

¿Reconozco que todo me ha sido dado, para hacer el bien?... ¿Cómo y para qué uso mis dones?... ¿Cómo servir para el bien de los demás?

 

#BuenDomingo

§  En este tercer domingo de mes, seguimos orando por México, hoy en especial unamos nuestra oración “Para rescatar a los adolescentes y jóvenes reclutados por la delincuencia”https://bit.ly/OrarPorLosNinosYJovenes

 

Alfredo Aguilar Pelayo

alfredo@ccrrsj.org

#RecursosParaVivirMejor

www.ccrrsj.org




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